martes, 15 de mayo de 2007

Delirios de grandeza

Borrachera de poder. Otra muestra más de buen cine francófono. Esta vez lleva la desasosegante firma del prolijo Claude Chabrol que, en su nuevo filme (y van más de 50), se mofa de la corruptela en los mecanismos del poder político-financiero y, especialmente, del poder personal

¿Hasta qué punto la naturaleza humana puede resistirse al vértigo del poder? Como si radiografiara las dobleces e hipocresías de personajes muy prototípicos, generalmente involucrados en algún crimen, Chabrol, azote de la burguesía y de las clases altas, afronta con fluidez y condensado humor ácido los trapicheos en las altas esferas a partir de las íntimas relaciones entre funcionarios, empresas y Justicia.

Sin caer en la trampa de la identificación inmediata y del imaginario absoluto, se vale del escándalo de malversación de fondos protagonizado en la pasada década por la megaempresa petrolera Elf. Bebiendo del suspense hitchcockiano (muy alabado por los cineastas de la nouvelle vague), de la literatura anglosajona conductista y de la obra de Proust, Chabrol se aleja de una concepción cínica, inclinándose más del lado humanista del arte. Encarna al realismo puro, a la naturalidad: en la iluminación, los escenarios, las interpretaciones…

Además de fuertes planteamientos masculinos a cargo de François Berléand (Los chicos del coro) o Patrick Bruel (El Lobo), cuando ella irrumpe en escena, el resto se paraliza. Isabelle Huppert, apodada por el mismísimo Chabrol “la fragilidad fuerte”, confirma aquí su condición de musa del realizador: es su séptimo trabajo conjunto, tras títulos tan memorables como Un asunto de mujeres, La Ceremonia o Gracias por el chocolate. En esta ocasión encarna a una jueza frente al poder corrupto. Brillante y obsesiva en su trabajo, se ausenta de su rol familiar y afectivo. No es heroína ni mártir; simplemente se mantiene en su persecución por el ideal de la verdad al tiempo que el estatus en el que se sitúa comienza a engatusarla. Y es que las creaciones de Chabrol se basan sistemáticamente en el mecanismo de sumergir a un personaje femenino, de trasfondo malvado y duro, en un universo hostil.

Tensa en extremo, como un arco listo para disparar, más que una película de contenido político pretende ser entendida cual fábula moralista de las repercusiones de la ambición desmedida.

2 comentarios:

María Fernández Carballo dijo...

Genial Crítica!!
Me he apuntado ya un par de películas como de obligatorio visionado.
Con esa forma de escribir le haces un gran favor a ese cine que pocas, muy pocas veces, tenemos oportunidad de ver en grandes cines.
Un saludo Anita, estupendo blog!

Anónimo dijo...

que sorpresa la mia. escribo dioses y monstruos en el buscador de fotos google. Espero encontrar la carátula de tan buena película. Alrededor de la cuarta foto que se visualiza encuentro tu foto, y atraído te he clicado. De repente he entrado en tu blog ana, y he empezado a leer. Sorprendido ahora te escribo dándote las gracias por esta magnífica crítica tan bien hecha. Gracias y encantado.
Un saludo des de Barcelonas.

joan sirvent de febrer.
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